domingo, 20 de enero de 2013

BRIOCHE


Un clásico parisino...

Ingredientes: 
  • 500 gramos de harina de fuerza (mínimo 10% proteína). 
  • 200 ml. de leche entera. 
  • 120 gramos de azúcar. 
  • 70 gramos de mantequilla. 
  • 20 gramos de levadura fresca de panadero (o un  sobre de levadura seca de panadería).
  • 2 huevos (tamaño M).
  • una cucharadita (de las de café) de sal.
Elaboración:

Antes de comenzar
Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente, nunca fríos de la nevera. Deben sacarse unas dos horas antes los huevos, la leche y la mantequilla (la cortaremos en cubitos pequeños).

No usar NUNCA más harina que la que aquí se recomienda. La masa al principio nos quedará blanda y pegajosa, o sea un horror, nuestra primera intención será añadir más harina, pero eso será un grave error, ya que perderemos esponjosidad y ligereza en el brioche final y no se parecerá en nada a un maravilloso brioche parisino.

Es conveniente tener todos los ingredientes pesados y a mano en el momento que nos pongamos a preparar la receta.

Dicho esto, comenzamos a elaborar la masa.

En la leche tibia (cuando decimos tibia quiere decir eso) disolvemos la levadura fresca (no hace falta si usamos la seca de panadero que añadiremos directamente a la harina).

En un recipiente amplio ponemos la harina tamizada, el azúcar, la mantequilla en cubitos y blanda como en pomada y la sal. Removemos suavemente para mezclar todos los ingredientes secos. Inmediatamente añadimos la leche con la levadura disuelta y el huevo. Amasamos todo el tiempo preciso (no menos de 10-15 minutos si utilizamos un robot de cocina, pero si deseamos hacerlo manualmente, no menos de 40-45 minutos) mediante la técnica del amasado francés (esta técnica la podemos aprender en este magnífico video), por lo que no es necesario añadir más harina que la especificada en la receta.


Colocamos la masa en el recipiente ligerísimamente aceitado (con un aceite sin sabor como girasol), lo cubrimos con un paño limpio (al que le hablemos salpicado con los dedos unas gotas de agua para humedecerlo) y dejamos fermentar en un lugar cálido y sin corrientes de aire hasta que doble o incluso triplique su volumen. Esto tardará  de una hora y media a dos (depende de lo cálido o fresco del lugar).

Una vez pasado este tiempo, volcamos la masa en una superficie limpia y seca. Con las yemas de los dedos desgasificamos la masa suavemente (si quisiéramos rellenar con algo, como pepitas de chocolate, este es el momento). Dividimos la masa en tres porciones. Con cada porción formamos un churro o cilindro y trenzamos en forma de coleta.
Precalentamos el horno a 180º C.

Cubrimos la bandeja del horno con papel vegetal o silicona o enmantequillamos y enharinamos (una de las tres opciones). Colocamos la trenza de masa y la cubrimos de nuevo con un paño y dejamos reposar unos 20-30 minutos o hasta que doble de nuevo su volumen.
Separamos la yema del huevo y la batimos con un par de cucharadas de agua. Pintamos con ello la superficie de la coleta. Espolvoreamos con un poco de azúcar.

Metemos la trenza en el horno hasta su perfecta cocción (30 minutos más o menos, depende del tamaño de nuestra trenza, grosor, el horno) y un bonito color dorado. Si vemos que se nos tuesta demasiado rápido, tapar la superficie con una hoja de papel de aluminio. Sabremos que está cocido cuando al pinchar en el centro de la coleta con una aguja o punta de cuchillo está sale limpia.

Dejar enfriar en una rejilla y listo.